lunes, 7 de abril de 2014

De la soledad a la poesía.

Del interés al amor
y del amor a la obsesión.
De la obsesión al rechazo
y del rechazo a la locura.
De la locura a la depresión
y de la depresión a la distorsión.
De soslayo observé tu rostro,
memoricé tus movimientos rápidamente,
quedándome con ellos,
pero sin que te dieses cuenta de lo que estaba haciendo.
Cada vez más locura por mis venas,
cualquier cosa haría por sentir su piel,
que compartiésemos algunas penas,
y que me diese besos con sabor a miel.
Días amargos,
amándote,
obsesionándome
y amándote más aún.
Noches en vela,
silenciosas,
llorando por no haberte visto,
llorando por no recibir tus rosas,
rosas que ella se lleva,
rosas mentirosas.
Mil lágrimas por ti,
mil lágrimas y una más,
siento que me voy a hundir,
hundir en mi soledad.
Y lo único que deseo,
en mundo lleno de injusticias y desgracias,
es oírte decirme te quiero.
De la distorsión a la soledad
y de la soledad a la poesía.