viernes, 14 de febrero de 2014

Muriéndome de amor.

Sentí tus lágrimas sobre mi pecho,
un abrazo mío las hizo cesar,
al oído yo te canté
y el dolor quiso parar.
Decoraste tu cara con una sonrisa,
supe que también era mía,
pues tu amor por mí ya fluía.
Quise perderme en tus brazos
y no encontrarme jamás,
para así quedarme contigo,
todo el tiempo y más.
Penetré en tu mirada,
olas chocando contra muros,
un piano tocando nuestra canción,
enamorados siguiendo rumbos,
padres pidiendo perdón,
tú besándome en los labios
y yo muriéndome de amor.


Que todos los días sean San Valentín.

domingo, 9 de febrero de 2014

Melodía eterna.

Nunca se había escuchado tan bella melodía,
las lágrimas inundaban mis ojos,
sabía que iba a recordar siempre ese día.
Deseaba escucharla una vez más,
volver a disfrutar,
volver a llorar,
aprender las notas
y tocarla sin parar,
tocarla a mi amor,
tocar para enamorar.
No sabía explicar mi sensación,
imposible,
solo sentía una inmensa alegría,
más que eso,
un profundo amor yo sentía.
Me enamoraría de cada persona que la tocase,
pero solo si era para mí,
me enamoraría de cada nota,
¿cómo podía yo aquello sentir?
Me senté sobre el piano,
coloqué los dedos sobre este,
empecé a tocar,
lloré,
me volví a enamorar
y, como nunca, yo disfruté.
Ahora solo sé,
que si sordo me quedo,
la muerte desearé
y, cueste lo que cueste,
hasta ella llegaré,
tan solo para escuchar la melodía otra vez.


domingo, 2 de febrero de 2014

Culpable.

Ahí sigues,
abriendo mis heridas,
mientras,
mi autoestima por los suelos,
y mis ilusiones incumplidas.
Culpable soy de perdonarte,
pues no deseo perderte,
culpable soy de añorarte,
pues siempre a mi lado pido tenerte,
y culpable soy de amarte,
pues a poco me suena quererte.
¿Podré yo algún día olvidarte?
¿Podré yo algún día tenerte?
Lloraré hasta que ese día llegue.