Nunca se había escuchado tan bella melodía,
las lágrimas inundaban mis ojos,
sabía que iba a recordar siempre ese día.
Deseaba escucharla una vez más,
volver a disfrutar,
volver a llorar,
aprender las notas
y tocarla sin parar,
tocarla a mi amor,
tocar para enamorar.
No sabía explicar mi sensación,
imposible,
solo sentía una inmensa alegría,
más que eso,
un profundo amor yo sentía.
Me enamoraría de cada persona que la tocase,
pero solo si era para mí,
me enamoraría de cada nota,
¿cómo podía yo aquello sentir?
Me senté sobre el piano,
coloqué los dedos sobre este,
empecé a tocar,
lloré,
me volví a enamorar
y, como nunca, yo disfruté.
Ahora solo sé,
que si sordo me quedo,
la muerte desearé
y, cueste lo que cueste,
hasta ella llegaré,
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